viernes, 22 de febrero de 2013

Móvil ahogado

Antes creía que Dios le daba a cada ser su ración de mala suerte, pero creo que voy a dejar de creer en él... Mierda, yo no creo en Dios. Esa frase se la he copiado al padre de Albert de War horse. Pero así soy yo, creo que no se puede tener peor suerte.
El móvil se me ha caído al agua. Mi padre lo ha desmontado y lo he secado. Lo hemos vuelto a montar y no funciona. La pantalla no se ve, pero vibra, y se oyen los ruidos que se oyen siempre. Pero no creo que tenga solución.
Eso no es lo peor; lo peor es que en el contrato me lo daban por 30 euros, y tenia que tenerlo durante 18 meses para que fuera completamente mío. Lo he jodido, así que tengo que pagar 55'93 euros. Luego, si quiero otro, tendré que pagar otros 30, pero si se me rompe antes también tendré que pagar dinero por él. Así que estoy bien jodida, porque tengo ahorros pero por si acaso... preferiría no tocarlos... no son muchos, y en mi casa no estamos como para gastar dinero en más cosas. Y o pago los 56 euros o estaré sin móvil hasta noviembre, que es cuando se acaban las... como se llama, ¿cuotas? Entonces la compañía en la que estoy me podría dar uno nuevo (a no ser que pague ya en efectivo los 56). Estoy bien jodida...
Solo espero que esto haya sido obra del karma y que mañana me toquen los 200 euros de una pequeña lotería organizada por el colegio de mi hermano. Compré un boleto que tenía 3 o 4 números por 1 euro...
Os deseo mala suerte a todos para mañana, para así acumularla toda yo. Luego ya, os la devuelvo, solo será un préstamo de un día.

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